lunes, 26 de marzo de 2012

Cáncer del sistema nervioso central

¿QUÉ ES?

Consiste en la proliferación desordenada e incontrolada de las células de soporte del Sistema Nervioso Central.
Dado que el cerebro está resguardado en una caja rígida, cualquier aumento de su volumen es nocivo, por lo que se consideran todos los tumores como malignos.

CAUSAS

En principio, aunque las últimas investigaciones apuntan hacia lo contrario, las células nerviosas del adulto no se multiplican, por lo que los cánceres cerebrales no se originan en ellas.
Para funcionar las células nerviosas necesitan del concurso de varias células auxiliares:

Astrocitos,
Oligodendrocitos,
células de recubrimiento (meninges y epéndimo; cubierta externa e interna del cerebro) y
células provinientes del resto del organismo, como los glóbulos blancos.
De ellas provienen dichos cánceres.
El cerebro también es el lugar preferido para metastatizar los cánceres originados en otros lugares del cuerpo, sobre todo de pulmón, mama y linfáticos.

SÍNTOMAS

Simplificando, los tumores cerebrales producen síntomas achacables a tres causas principales:
Irritación del tejido nervioso, lo que produce convulsiones.
Pérdida de función, que según la zona afectada, producirá:

Pérdida parcial de visión,
afasia (incapacidad de hablar),
parálisis y
pérdidas de la sensibilidad,...
Incremento de la presión dentro del cráneo:
Dolores de cabeza intensos,
vómitos en escopetazo,
alteraciones en la movilidad de las pupilas,...
Achacables a todas ellas se pueden presentar grandes cambios de la personalidad.
Muchas veces los cánceres de tejido nervioso no producen síntomas hasta que presentan un volumen sorprendentemente grande.
En estadios avanzados se produce un coma (pérdida de consciencia), e incluso una descerebración (desconexión del cerebro).

FACTORES DE RIESGO

Desconocidos.
Algunas enfermedades genéticas raras presentan un aumento de este tipo de tumores.

PREVENCIÓN

Desconocida.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Ante la presencia de signos y síntomas sugestivos, se realizarán los exámenes clínicos pertinentes:

Exploración neurológica completa,
Fondo de ojo,
campimetría visual,...
La analítica no juega un gran papel.
Las pruebas de imaginería son fundamentales, sobre todo escáner (T.A.C.) y resonancia (R.M.N.) cerebrales, que detectan en una gran proporción de casos tumores de más de 1 cm.
Ante la duda, deberán realizarse pruebas para descartar el origen metastásico del tumor, ampliándose la búsqueda a todo el organismo, mediante múltiples pruebas.
El tratamiento de los tumores cerebrales es básicamente quirúrgico.
En determinados casos la radioterapia juega un papel importante, al asentarse en zonas fuera del alcance del bisturí.
La medicación anticancerosa jeuga un papel muy modesto en este tipo de tumores.
Hoy en día, su tratamiento genético es uno de los campos más investigados, aunque, de momento, con pocos resultados.

Medidas Generales

Consejo psicológico para el paciente y su familia,
Medios para el cuidado y suplencia de los déficits provocados por el tumor, como barandillas, caminadores, etc.


Medicación
Fundamentalmente para calmar el dolor y controlar las convulsiones, caso de producirse.
También para reducir la presión dentro del cráneo.

POSIBLES COMPLICACIONES

Las derivadas del propio crecimiento del tumor.

PRONÓSTICO

Algunos tumores cerebrales, como los meningiomas y craniofaringiomas, son curables mediante cirugía.
Otros, como los astrocitomas, pueden extirparse completamente, dependiendo de su accesibilidad.
La mayoría son incurables, limitándose la cirugía a reducir y retrasar los efectos de los mismos (tratamiento paliativo).
La calidad de vida de los pacientes puede conservarse bien hasta etapas muy avanzadas.

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